Aborda cuatro ámbitos: el Gobierno de Madrid (Madrid, corte y villa, y capital de un imperio), la nueva imagen de Madrid (la construcción de una ciudad), las Luces en Madrid (Madrid y la cultura de la Ilustración), y la vida cotidiana en Madrid (vivir y morir en Madrid).
El rey Carlos III (1716-1788) es uno de los protagonistas madrileños del pasado año, ya que se celebró el tercer centenario de su nacimiento. Para conmemorar este evento el Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento ha programado en el Museo de Historia una gran exposición: ‘Carlos III y el Madrid de las Luces’. La muestra, inaugurada el 13 de diciembre de 2016, propone un recorrido por el ambiente social y cultural de la ciudad en el siglo XVlll a través de 200 obras.
Museo de Historia de Madrid, sede de la exposición en la calle Fuencarral.
Nació el 20 de enero de 1716 a las cuatro de la madrugada en el Real Alcázar de Madrid. Hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio, su infancia y juventud transcurrieron en la capital del reino.
Isabel de Farnesio, madre de Carlos III
Carlos III (1716-1788) fue el tercer hijo de Felipe V. Llegó al trono español tras una dilatada experiencia en Italia, como rey de Nápoles.
Carlos III con unos diez años de edad. Cuadro de Jean Ranc
Heredó inicialmente de su madre, Isabel de Farnesio, los ducados de Parma, Plasencia y Toscana en 1731; y, tras reconquistar Felipe V el Reino de Nápoles y Sicilia en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1735), pasó a ser rey de aquellos territorios con el nombre de Carlos VII. Gran duque de Toscana y duque de Parma y Piacenza (1731-1734), fue entronizado más tarde como rey de las Dos Sicilias (1734-1759)
Nápoles no fue para Carlos un destino intermedio en espera del gran reino de España. Allí vivió un cuarto de siglo, allí emprendió una política reformista en un complicado país dominado por las clases privilegiadas y allí constituyó, con su amada esposa María Amalia, una familia numerosa de trece hijos
Reino al que renunció,después de un cuarto de siglo de gobierno, tras la muerte de su hermano, el rey Fernando VI sin descendencia le alzó a la Corona hispana en 1759 (contaba ya con 43 años)
El monarca partió de Italia en octubre de 1759 y llegó a la capital española dos meses después.
La salida de Nápoles, que ha sido referida por diversas crónicas y ha dejado una serie de espléndidas vedute (vistas) firmadas por los pintores Antonio Joli y Pietro Fabris.
El 29 de septiembre de 1759 se presentó en la bahía de la ciudad una formidable flota compuesta por veinte barcos de la Armada, al mando del ya célebre marino Juan José Navarro, que desde su combate en el cabo Sicié (1744) ostentaba el título de marqués de la Victoria.
La escena muestra la bahía de Nápoles con el volcán Vesubio humeante al fondo y las naves saliendo del puerto. En primer término, se puede reconocer al primer ministro, marqués de Tanucci, en un coche, en los muelles llenos de gente.
Ornato de la Puerta del Sol con motivo de la entrada en Madrid de Carlos III en 1760, obra de Lorenzo Quirós.
La llegada de Carlos III a España fue una fiesta. En julio de 1760 tuvo lugar el recibimiento oficial, una brillante ceremonia que marcó el inicio de su reinado. Carlos III había pasado 28 años fuera de España
Arco de Santa María en la calle Mayor (arquitectura efímera, realizada para la ocasión)
(El rey viajaba en la carroza color rojo y oro).
El Ayuntamiento preparó un gran recibimiento a través de un recorrido que estuvo jalonado por arquitecturas efímeras, tapices, colgaduras e inscripciones, que confirieron a la ceremonia un aspecto triunfal. Ventura Rodríguez fue el director de las obras de ornamentación, Felipe de Castro se encargó de la decoración escultórica y Pedro Rodríguez Campomanes de la elección de los temas a representar y de la redacción de las inscripciones.
Situación de los siete arcos triunfales de arquitectura efímera que se erigieron para la ocasión, la ubicación de las fuentes del siglo XVII que fueron engalanadas con construcciones provisionales y los vistosos monumentos costeados por el gremio de plateros de Madrid que se dispusieron en la actual calle Mayor.
- Arco de triunfo de un solo vano
- Arco de triunfo de doble vano
- Arco de triunfo de triple vano
- Fuentes engalanadas: de la Mariblanca en Sol, de la Plaza de la Villa y de Orfeo en la Plaza de Provincia (dibujo de una fuente)
- Monumento de los plateros en la calle Mayor (U invertida)
Salón de Carlos III en el Palacio Real de Madrid
Ocupó el trono de España del 10 de agosto de 1759 al 14 de diciembre de 1788. Introdujo relevantes modificaciones en el gobierno de Madrid, que era al mismo tiempo la sede de la corte, una ciudad muy populosa y la capital de un vasto imperio.
Carlos III con el hábito de la Orden de Carlos III, hacia 1783-1784. Óleo de Mariano Salvador Maella en el Palacio Real.
Plano de Nicolás de Chalmandrier – 1761
En el documento Exposición del Antiguo Madrid, Félix Boix nos cuenta que “En
1761, y, por tanto, muy en los comienzos del reinado de Carlos III,
grababa en París M. Chalmandier un plano de Madrid, en cuatro hojas y
escala aproximada de 1 por 3.600, titulado: Plan geométrico e histórico
de la Villa de Madrid y sus contornos
Dotó a la villa de un programa arquitectónico y urbanístico que cambió su fisonomía gracias a
la finalización del nuevo palacio real, a la construcción de una serie de nuevos edificios de toda índole (administrativos, científicos, hospitalarios etc...)
Palacio Real de Madrid . fachada oeste
El encargado de realizarla fue Francesco Sabatini, quien sustituyó a Sacchetti en la dirección de las obras tras la llegada a Madrid, en 1759, del rey Carlos III, el mismo que ordenó dicho "aumento". Debido a la pendiente existente en la cara Oeste, los cimientos necesarios para una obra de esta envergadura fueron enormes, lo cual, unido a sus colosales dimensiones, hicieron de esta construcción las más cara de todas las llevadas a cabo por la Casa de Borbón. Gran parte de estos gastos se financiaron con la "Renta del Tabaco" y el arriendo de terrenos reales para labores agrícolas, significando para Madrid una etapa de gran riqueza.
Anónimo, atribuido a Jan van Kessel III, pintor nacido en Amberes en 1654 que a finales de la década de los 70 llegó a Madrid y trabajó en la Corte. Óleo sobre lienzo de gran tamaño (164 x 445 cm) pintado hacia 1680, pertenece a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Representa a una vista del Paseo del Prado y de la Carrera de San Jerónimo a finales del S.XVII cuando aun reinaba el último Austria: Carlos II. Una de las zonas que años despues, transformó Carlos III.
En los inicios del siglo XVII el paseo del Prado Viejo de San Jerónimo era muy diferente al actual Paseo del Prado, era un camino de tierra arbolado, surcado por un arroyo, con puentecillos y fuentes. A ambos lados había numerosos solares de pequeño tamaño en su mayor parte ocupados por huertas.
Ya desde el siglo XVI tras la llegada de la Corte a la Villa fue lugar de encuentro y diversión sobre todo para las clases altas madrileñas. Mediante un eje arbolado se marcaba la línea divisoria entre el caserío de la ciudad y los recintos monacales ubicados al otro lado del Prado Viejo.
Pintura de 1637, atribuida a Jusepe Leonardo, donde se pueden apreciar el Prado de los Jerónimos (en el extremo izquierdo) y el Palacio y Jardines del Buen Retiro
A principios del S.XVII fue construido, junto al monasterio de San Jerónimo el Real, el Palacio del Buen Retiro, una finca y residencia real que cerraba la cara este del Prado de los Jerónimos. De este último conjunto, sólo se conservan el Salón de Reinos y el Salón de Baile (conocido como Casón del Buen Retiro, así como parte de sus jardines, que conforman el actual Parque del Retiro.
Esta fisonomía cambió radicalmente con la ordenación y ornato que realizó años despues el Monarca.
Fuente de Apolo
Año: 1780-1802. Paseo del Prado.
Una de de las fuentes de interés del paseo del Prado es la de Apolo, también conocida como la de las Cuatro Estaciones,
ya que eso es lo que representan las esculturas del pedestal. Es de la
misma época y estilo que las anteriores, y responde a ese deseo de
Carlos III de convertir el Salón del Prado en una auténtica avenida para
la cultura. De ahí que el protagonista de la fuente sea Apolo, que
además de ser el dios de la luz y el sol, era el jefe de las musas y, por tanto, patrón de la música y de la poesía.Fuente de Cibeles:
Año: 1777-1782. Plaza de Cibeles.
Aunque la fuente fue diseñada por Ventura Rodríguez,
los encargados de su realización fueron Francisco Gutiérrez (la diosa y
el carro) y Roberto Michel, que modeló los leones. Representan a dos
fogosos amantes, Hipómenes y Atalanta,
transformados en fieros felinos por la propia Cibeles, ya que los dos
jóvenes decidieron consumar su amor en una gruta que resultó ser un
templo dedicado a ella. La diosa frigia, enfurecida, les condenó a tirar
de su carro para toda la eternidad.Fuente de Neptuno
Año: 1777-1786. Plaza de Cánovas del Castillo.
Sin embargo, si sois seguidores del Atlético de Madrid os conviene situar cuanto antes en el mapa la fuente que representa a Neptuno, dios del mar, con una culebra enroscada en la mano derecha y su inseparable tridente. Fue diseñada también por Ventura RodríguezPuerta de Alcalá
Fue construida por mandato de Carlos III en sustitución de otra puerta anterior que existía ya desde el siglo XVI. El diseño y obra pertenece al arquitecto italiano Francesco Sabatini en 1778.
Carlos III de España es conocido tradicionalmente como «el mejor alcalde de Madrid», aunque nunca ocupó este puesto. Por tal motivo, a principios de los años 90, se decidió erigir un monumento en su honor. Zancada y Rodríguez, tomaron como modelo la pequeña escultura de 140 por 160 centímetros realizada en madera y yeso por el escultor Juan Pascual de Mena en 1780, que se conserva en la Real Academia de San Fernando.
Para la cabeza del rey se inspiraron en sendos retratos de Goya y Mengs. El punto de la ciudad en el que erigir el monumento fue decidido mediante un referéndum popular que tuvo lugar en la propia Puerta del Sol
ARQUITECTURA
Con Carlos III, Madrid dejó de ser una urbe embarrada, lúgubre y de reminiscencias medievales gracias al impulso que Carlos III imprimió en su ciudad. Tres siglos después de su nacimiento –la madrugada del 20 de enero de 1716– la capital, su ordenación urbana, su ornamentación y su posición como uno de los lugares más bellos de Europa sigue en deuda con el monarca ilustrado. Moderado y reformista, su figura fue sinónimo de progreso y desde su regreso a Madrid el 9 de diciembre de 1759, no cejó en su empeño de convertir a la Villa y Corte en un enclave culto, refinado e imponente que lucir ante los ojos del mundo.
Museo del Prado
El edificio que alberga el Museo del Prado fue concebido inicialmente por José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca y Primer Secretario de Estado del rey Carlos III, como Real Gabinete de Historia Natural, en el marco de una serie de instituciones de carácter científico (pensadas según la nueva mentalidad de la Ilustración) para la reurbanización del paseo llamado Salón del Prado. Con este fin, Carlos III contó con uno de sus arquitectos predilectos, Juan de Villanueva, autor también del vecino Real Jardín Botánico y del Real Observatorio Astronómico, con los que formaba un conjunto conocido como la Colina de las Ciencias.
Real Gabinete de Historia Natural, hoy localizado en el Museo de Ciencias Naturales.
Creado en 1771 a instancias de Pedro Franco Dávila, que ofreció al rey de España, Carlos III, el que había formado en París durante su permanencia de más de catorce años, encerraba todo tipo de colecciones, y fue abierto públicamente el 4 de noviembre de 1776. Hojeando sus catálogos nos encontramos con animales, plantas, minerales, libros, cuadros de varios artistas -Velázquez, Murillo, Alonso Cano, Meyer, Claudio Coello, Herrera el Viejo, Escalante, Luca Giordano-, medallas, bronces, «vasos de piedras preciosas», camafeos..., en fin, toda clase de artículos muy del gusto de la época.
Real Observatorio Astronómico
Con Carlos III (1759-1788) la ciencia y la técnica alcanzaron una estimación especial por, según sus propias palabras, su “utilidad”. Bajo su reinado se desarrollaron las ciencias naturales, con la creación del Real Gabinete de Historia Natural y el impulso del Jardín Botánico, las matemáticas y la física. Su notable formación cultural y humanista fue una poderosa palanca para que los hombres ilustrados de su época plantearan nuevas ideas sociales, trazaran modernos conceptos filosóficos y diseñaran revolucionarios métodos científicos.
Real Jardín Botánico arco de acceso
La exposición del Museo de Historia de Madrid “Carlos III y el Madrid de la Luces” presenta un recorrido múltiple por las obras de los principales museos y entidades de la ciudad, entre ellos el Real Jardín Botánico, con el que sepretende mostrar la renovación operada en todos los aspectos de la vida madrileña durante el reinado de Carlos III.
El 17 de octubre de 1755, Fernando VI ordenó la creación del Real Jardín Botánico de Madrid, que se instaló en la Huerta de Migas Calientes, pero a partir de 1774, Carlos III dio instrucciones para su traslado al actual emplazamiento del paseo del Prado, donde se inaugura en 1781. Sabatini -arquitecto del Rey- y Juan de Villanueva
El Jardín se convirtió en el receptor de los envíos de las expediciones científicas que auspició la Corona en este período. Entre el siglo XVIII y XIX participó en el desarrollo de al menos cinco expediciones científicas, entre ellas destacan la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (actual Colombia) cuyo director fue el célebre José Celestino Mutis, la Expedición Botánica al Virreinato del Perú de los botánicos Hipólito Ruiz y José Antonio Pavón, la Real Expedición Botánica a Nueva España (actual México), de los botánicos Martín Sessé y José Mariano Mociño, la Expedición alrededor del Mundo de Alejandro Malaspina con los botánicos Antonio Pineda, Luis Née y Tadeo Haenke.
Alejandro Malaespina
Relato de la Expedición
También se abordan las expediciones científicas promovidas por Carlos III (treinta y dos en total) de las que afirma: “son, probablemente, las que aportan una información más amplia, sistemática y científica en los campos de la geografía, la botánica y, sobre todo, la etnología y la antropología en las tierras del Pacífico septentrional”.
COLABORACIÓN DEL MUSEO NAVAL PARA LA EXPOSICIÓN:
1. Dibujo. Cuadrúpedo: [puma]. Montevideo, Uruguay.
AUTOR: José del Pozo. Papel verjurado, pluma y aguada en colores.
Expedición de A. Malaspina y J. De Bustamante y Guerra, 1789-1794.
Dibujo. [Cotorra]. Acapulco, México. Por Tomás de Suría.
Papel verjurado, tinta a pluma y aguadas de colores.
Expedición de A. Malaspina y J. De Bustamante y Guerra, 1789-179
Las Academias tienen su origen durante esta centuria– y los novatores impulsaron los avances científicos. Aunque el Imperio había dejado de dirigir con puño de hierro el destino de Europa, todavía seguía sin ponerse el sol en sus posesiones: América y Asia continuaron siendo pilares fundamentales de la España del XVIII y evolucionando disciplinas como la etnología, la lingüística o la antropología desde el Renacimiento hasta el Siglo de la Luces.
Academia de la Historia
La ya existente, por orden de Carlos III, se traslado a la Casa de la Panadería, hasta que en 1871, se traslado otra vez a un edificio de la calle León (más conocida como “La Casa del Nuevo Rezado”), donde aún hoy continua.
En la línea de la Ilustración propia de su época, Carlos III realizó importantes cambios —sin quebrar el orden social, político y económico básico, despotismo ilustrado— con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados, como el Marqués de Esquilache, Aranda, Campomanes, Floridablanca, Wall y Grimaldi.
Comandando estos hombres, y con la experiencia siempre presente de lo que había acometido ya en Italia, trazó un plan reformista heredado en gran parte de sus antecesores, un plan que buscaba favorecer el cambio gradual y pacífico de aquellos aspectos de la vida nacional que impedían que España funcionara adecuadamente en un contexto internacional en el que la lucha por el dominio y conservación de las colonias resultaba un objetivo prioritario de buena parte de las grandes potencias europeas, en especial de Inglaterra, que fue la mayor enemiga de Carlos debido a sus aspiraciones sobre los territorios españoles en América.
El Monarca nombró al marqués de Esquilache Secretario de Hacienda. Éste incorporó señoríos a la Corona, controló a los sectores eclesiásticos y reorganizó las Fuerzas Armadas. Su programa de reformas y la intervención española en la Guerra de los Siete Años, necesitaron más ingresos, que se consiguieron con un aumento de la presión fiscal y nuevas fórmulas, como la creación de la Lotería Nacional
El motín de Esquilache (óleo de J. Martí)
Pero hubo entonces un cotratiempo: en marzo de 1766 se produjo el Motín de Esquilache Su detonante fue la orden de cambiar la capa larga y el sombrero de ala ancha de los madrileños por la capa corta y el sombrero de tres picos.
Esta orden. que llevaban a cabo aguaciles y sastres que recortaban las capas, produjo una reacción del pueblo que reunió en su contra a casi 40.000 ciudadanos.
Los amotinados exigieron la reducción del precio de los alimentos y la supresión de la Junta de Abastos, la derogación de la orden sobre la vestimenta, el cese de ministros extranjeros de Carlos III, su sustitución por españoles y un perdón general.
Comento este episodio, por su pintoresquismo y por tratarse se uno de los problemas que tuvo el rey, de cierta importancia. En política exterior mantuvo algunas contiendas como la Guerra de los Siete Años, contra Inglaterra, asi como aliado con Francia en la Independencia de los EEUU y algun escarceo en Argel en 1775, pero no me quiero referir a ellas, en esta ocasión.
LAS COLONIAS
Tambien realizó cambios administrativos en las tierras de ultramar, propiciando la regionalización de las provincias en zonas de producción, que fue planeada a partir de tres ejes fundamentales, agricultura, minería y comercio.
Los bloques en que se dividieron las tierras americanas conquistadas de la corona española fueron los siguientes: América del Norte e Itsmo Centroaméricano: virreinato de la Nueva España (México) y la capitanía general de Guatemala, después reino de Guatemala (Chiapas, Soconusco, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica ); América del Sur: virreinato de Lima (Perú, Bolivia y parte de Chile); virreinato de Nueva Granada (Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador), virreinato de Chile (Chile) y el virreinato del Río de la Plata (Argentina, Uruguay y Paraguay); región de las Antillas: capitanía general de Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, que tenían bajo su dominio las islas-puerto del Caribe.
ARQUEOLOGÍA
Herculano ruinas de la Palestra
Es notable, el interés que el monarca español prestó a los hallazgos arqueológicos. Afición que se inició cuando residía en Nápoles, donde intervendrá activamente en las excavaciones de Herculano (descubierto bajo su reinado) y de Pompeya; y que continuará tras la llegada al trono español.
Tambien mostró especial interés en los trabajos llevados a cabo en las ruinas de Palenque, en el actual estado de Chiapas en México. El análisis de los medios utilizados por los “arqueólogos” (quizá sea prematuro clasificarlos como tales) y los principales hitos que alcanzaron –como el descubrimiento de la majestuosa Villa de los Papiros de Herculano, supusieron un importante avance en este campo.
"Carlos III y la difusión de la Antigüedad "
Con motivo de la conmemoración del tercer centenario del nacimiento del rey Carlos III, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha programado con el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles y la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México una exposición que lleva por título “Carlos III y la difusión de la Antigüedad”. Se celebrará simultáneamente en tres ciudades relacionadas con la actividad arqueológica del monarca: Nápoles, Madrid y México DF.
tiene como objetivo principal resaltar el papel del monarca en la difusión de los descubrimientos arqueológicos que tuvieron lugar en Herculano. Otros hallazgos se realizaron en Pompeya y Estabia durante los años en que ocupó el trono de las Dos Sicilias. Se explicará el impulso que el rey dio al conocimiento de las antigüedades a través de las Academias de Madrid y de Nueva España.
Villa de los Papiros de Herculano
El principal conjunto de antigüedades descubiertas hasta el momento de la partida de Carlos III para España en 1759 procede de la Villa de los Papiros de Herculano, aunque otras antigüedades son de Pompeya y de las villas de la antigua Estabia. Todo ello sirvió en un primer momento para adorno del Palacio de Portici y para la formación del Museo Herculanense en el mismo palacio.
OTROS EDIFICIOS EN MADRID
El ascenso al trono de Carlos III en 1759 traería consigo la liquidación del barroco. En la Corte, el rey llevó a cabo una serie de reformas urbanísticas destinadas a higienizar y ennoblecer el insalubre Madrid de los Austrias. Muchas de estas obras fueron acometidas por su arquitecto predilecto, el italiano Francesco Sabatini, en un lenguaje clasicista bastante depurado y sobrio. Este clasicismo académico, cultivado por él y otros arquitectos académicos, está preparando las bases del incipiente neoclasicismo español. Los ilustrados abominaron de las formas barrocas precedentes, en su lugar, propugnaban la recuperación del clasicismo, por identificarlo con el estilo de la razón.
El palacio de Goyeneche, en la calle de Alcalá, sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Las presiones que, desde la Real Academia de San Fernando, su secretario, Antonio Ponz, trasladó al rey, cononsiguie marcar estilo de las edificaciones de aquel reinado.
SAN FRANCISCO EL GRANDE
La basílica fue construida en estilo neoclásico en la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de un diseño de Francisco Cabezas, desarrollado por Antonio Pló y finalizado por Francesco Sabatini. El edificio destaca por su cúpula, considerada como la tercera de planta circular de mayor diámetro de la cristiandad; por su suntuosa decoración interior, realizada en estilo ecléctico a finales del siglo XIX;
El Oratorio del Caballero de Gracia es uno de los grandes tesoros que esconde el centro de Madrid. Importante obra arquitectónica de Juan de Villanueva, su estilo netamente neoclásico recuerda una pequeña basílica romana.
EL BELÉN NAPOLITANO
La tradición del Belen o Pesebre, la trajo el rey desde Nápoles a España
El siglo de oro del pesebre napolitano es el XVIII, cuando reinó Carlos III de Borbón.
Introdujo algunos cambios: la comitiva ya no era solo religiosa, sino también de ricos y nobles con sus trajes de la época.
Y el niñito Jesús nacía en las ruinas de un antiguo templo, homenaje a Pompeya y Herculano descubiertas justo bajo el reinado de Carlos III de Borbón.
LA EXPOSICIÓN
Se exponen pinturas, tapices, dibujos, estampas, piezas de porcelana, indumentaria, documentos, libros procedentes de Patrimonio Nacional, Museo Nacional del Prado, Biblioteca Nacional de España, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Museo de América, Museo Cerralbo, Museo del Traje, Museo Naval, Museo de América, Museo de la Farmacia Hispana, Fundación Lázaro Galdiano, Real Jardín Botánico, Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Reales Academias de Bellas Artes y de la Historia, Archivo Histórico Nacional, además de instituciones municipales: Archivo de Villa, Hemeroteca Municipal, Biblioteca Histórica Municipal, Biblioteca Musical.
Trajes de la época
Grabado de la época, expuesto
http://metahistoria.com/novedades/el-reino-de-las-luces-carlos-iii/
https://gacetinmadrid.com/el-jardin-botanico-de-madrid-se-suma-al-iii-centenario-del-nacimiento-de-carlos-iii/
http://bibliotecas.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/MuseosMunicipales
/MuseoDeHistoriaDeMadrid/Actividades/CARLOS%20III/ficheros/CARLOS_III_FOLLETO_BAJA.pdf
http://atacamacultura.blogspot.com.es/2010/09/la-entrada-oficial-de-carlos-iii-en.html
https://artedemadrid.wordpress.com/2013/03/03/la-carrera-de-san-jeronimo-y-el-paseo-del-prado/
http://blog.esmadrid.com/blog/es/2013/09/24/fuentes-de-madrid/
https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_III_de_Espa%C3%B1a
http://www.unaventanadesdemadrid.com/madrid/borbones-felipe-v.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario