Siempre repleto de madrileños y turistas, es una de las citas imprescindibles si se visita la ciudad en domingo o festivo. Ubicado en el barrio de La Latina, en el entorno de la Ribera de Curtidores, con la plaza de Cascorro como centro neurálgico
Cuando Felipe II estableció su Corte en Madrid, en el año 1561, la villa no alcanzaba los cien mil habitantes. Desde finales de aquel siglo XVI, las principales calles y plazas de Madrid se vieron invadidas por baratillos (mercados públicos) donde los ropavejeros vendían ropa usada, siendo la Plaza Mayor y la Puerta del Sol los lugares favoritos
Antes, a finales del siglo XV empezaron a instalarse en esta zona los mataderos y las tenerías con los curtidores de pieles.
Conviene saber que el Rastro pertenecía a los Barrios bajos, no tanto por su sociedad de bajo nivel económico sino porque, desde la Villa, su pendiente hacia el río Manzanares era y sigue siendo muy pronunciada.
El Rastro de Madrid visto por Francesc Català Roca 1951
Vista aerea del Rastro en 1987
En 1497 se abrió el primer matadero municipal que durará poco tiempo: el Matadero Viejo.
Será remplazado por otro más abajo el “matadero abajo”en el Cerrillo del Rastro. Queda dibujado en el Plano de De Wit hacia 1635 (posiblemente elaborado en 1623).
En 1650, el matadero del Cerrillo del Rastro estaría reconstruido y muy bien anotado en el Plano de Texeira de 1656.
En 1669, otro matadero antiguo cercano a la Puerta de Toledo se reconstruyó y amplió para degüello de carneros, vacas, cabras, incluso toros lidiados y matados en las corridas. El matadero del Cerrillo del Rastro empezó a dedicarse a la matanza exclusiva de cerdos. Curiosamente, los dos mataderos repetidamente remodelados o ampliados subsistieron hasta el año 1928, fecha en la cual fueron trasladados al Barrio de Legazpi donde se inauguró otro nuevo.
Será remplazado por otro más abajo el “matadero abajo”en el Cerrillo del Rastro. Queda dibujado en el Plano de De Wit hacia 1635 (posiblemente elaborado en 1623).
En 1650, el matadero del Cerrillo del Rastro estaría reconstruido y muy bien anotado en el Plano de Texeira de 1656.
En 1669, otro matadero antiguo cercano a la Puerta de Toledo se reconstruyó y amplió para degüello de carneros, vacas, cabras, incluso toros lidiados y matados en las corridas. El matadero del Cerrillo del Rastro empezó a dedicarse a la matanza exclusiva de cerdos. Curiosamente, los dos mataderos repetidamente remodelados o ampliados subsistieron hasta el año 1928, fecha en la cual fueron trasladados al Barrio de Legazpi donde se inauguró otro nuevo.
En
los siglos XV, XVI y XVII, ropavejeros, mataderos y tenerías con los
curtidores de pieles se asentaron en este barrio de las afueras de la
Villa de Madrid y pronto fomentaron un comercio activo
La palabra Rastro, con toda probabilidad, se refiere al hecho de que las reses dejaban un rastro de sangre después de ser degolladas y vendidas al por mayor. Lo confirman muchos autores como Cervantes y Covarrubias. Tanto Mesonero Romanos en El Antiguo Madrid como Hilario Peñasco y Carlos Cambronero en su libro Las calles de Madrid, sin negar el sentido tradicional de la palabra, señalan que este termino también significaba “las afueras” donde alcanzaba la jurisdicción de los alcaldes de la corte.
La palabra Rastro, con toda probabilidad, se refiere al hecho de que las reses dejaban un rastro de sangre después de ser degolladas y vendidas al por mayor. Lo confirman muchos autores como Cervantes y Covarrubias. Tanto Mesonero Romanos en El Antiguo Madrid como Hilario Peñasco y Carlos Cambronero en su libro Las calles de Madrid, sin negar el sentido tradicional de la palabra, señalan que este termino también significaba “las afueras” donde alcanzaba la jurisdicción de los alcaldes de la corte.
De
todos los barrios, el de Lavapiés, era el más poblado y con mayor
industria. Conocemos el lugar que ocupó el Rastro del siglo XVII por la
descripción del Plano de Teixeira. Se sabe que era zona de mataderos y
en sus aledaños se realizaban tareas relacionadas con el curtido de las
pieles de los animales sacrificados; actividades que han quedado
reflejadas en el callejero madrileño: calles del Carnero, Cabestreros,
Ribera de Curtidores...
Vista de un rincón de El Rastro, con la Iglesia de San Cayetano al fondo
Esta iglesia fue construida en 1669 por el arquitecto Marcos López y concluida por Francisco de Moradillo en 1761, además, se cree que también participaron en el proyecto José de Churriguera y Pedro de Ribera.
Su santo patrón es objeto de gran devoción en toda la zona del Rastro y por él, se celebran fiestas y romerias en el mes de Agosto, junto con la Virgen de la Paloma y San Lorenzo.
Al
final del siglo XVIII, empezaron a instalarse también vendedores de
productos comestibles, tahonas, enseres y trastos de todo tipo,
herramientas, quincalla e incluso objetos robados. Los nuevos puestos
invadían la Plazuela del Rastro y la Ribera de Curtidores; luego vino
una orden del Concejo que alejó las tenerías de la zona para evitar la
contaminación del agua del río.
Es justamente cuando ellos empiezan a
desaparecer que el nombre de Ribera de Curtidores aparece en el Plano de
Chalmandrier (Ribera de Courtidores) en 1761 y en el Plano de Espinosa
realizado en 1769..
Entonces
era un un conjunto de puestos ambulantes, con cajones de madera en el
que se venden productos alimenticios, callos, salchichas y demás
casquería, entre los habituales cajones de ropavejeros y vendores de
botones
El Barrio del Rastro*, que no se conocía con este nombre hasta
el final del siglo XV y principios del XVI, ya tenía la gran actividad
comercial de los “ropavejeros”, vendedores de
ropa vieja y usada, afincados desde el siglo XIV en la Calle de los
Estudios y en torno a una manzana triangular de casas al pie de esta
calle.
Esta manzana ocupaba la parte alta de la actual Plaza de Cascorro
y fue conocida más tarde por el nombre del “tapón del Rastro” que será
derruido a principios del siglo XX
.
Este mercado espontáneo y desordenado de cosas de valor en medio de
enseres de todo tipo provocaba entre sus visitantes una búsqueda del
tesoro.
En 1861, Mesonero Romanos lo describe en su obra El antiguo
Madrid en 1861. En 1876, Fernández de los Ríos en la Guía de Madrid
habla del Rastro de los domingos por la mañana donde se venden cosas
antiguas “de mérito” en medio de desperdicios.
El Rastro en 1902
El Rastro vista general en 1912
Durante la semana, el matadero siguió activo, rodeado de todo tipo de venta. El domingo por la mañana, los puestos desmontables se instalaron cada vez más numerosos, lo que atrajo a muchos madrileños y viajeros
En
1902, el soldado Eloy Gonzalo, hijo de la Inclusa de Madrid, fue
declarado héroe por su lucha en las casas de Cascorro en Cuba y el Rey
Alfonso XIII erigió una estatua en su honor en la Plazuela del Rastro , llamada en su honor de "Cascorro"
En
el siglo XX hasta los años 70, el Rastro de los domingos y festivos se
parece mucho a la descripción del mercado diario hecha por Mesonero
Romanos
El "barquillero":personaje típico del Madrid castizo,que no puede faltar en el Rastro.
Y como cantó Patxi Andión:
"Esto es el rastro señores
vengan y anímense
que aquí estamos nosotros
somos Papa Noel
Le vendemos barato
con el precio en inglés
somos todo lo honrados
que usted quiera creer"
Una,dos y tres, una dos y tres...lo que usted no quiera para el rastro es.
"Esto es el rastro señores
vengan y anímense
que aquí estamos nosotros
somos Papa Noel
Le vendemos barato
con el precio en inglés
somos todo lo honrados
que usted quiera creer"
Una,dos y tres, una dos y tres...lo que usted no quiera para el rastro es.
FUENTES:
http://www.exprimemadrid.com/el-rastro-de-madrid/
http://www.elrastro.org/
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Rastro_de_Madrid
https://www.timeout.es/madrid/es/tiendas/las-mejores-tiendas-del-rastro-de-madrid
http://www.elrastro.org/historia-3.htm
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